Desde que los militares estadounidenses ocuparon la
ciudad estratégica de Raqqa a través de los protegidos de las Fuerzas
Democráticas Sirias (FDS), nunca habían sentido tanto resentimiento, del pueblo
sirio. El 9 de abril, una mina poderosa explotó al paso de un convoy militar
norteamericano, después del estallido de dos coches bomba. Los medios de
comunicación corporativos obviamente transmitieron la información prefiriendo
mencionar solo el número de muertos de civiles de este triple ataque. Los
informes de la triple explosión del 9 de abril, publicados por la FDS,
mencionaron, en efecto, la muerte de 9 personas sin especificar el número de
soldados estadounidenses en esta lista. Pero una cosa es segura: el sentimiento
anti-estadounidense y anti-FDS en Raqqa es lo suficientemente amplio como para
empujar a la población a la lucha armada contra la ocupación norteamericana. Ni
siquiera la hipótesis de un ataque turco es capaz ahora de convencer a la
población de que tolere la presencia de los estadounidenses. Los abusos
cometidos por las FDS contra los habitantes de Raqqa extienden este odio
anti-estadounidense, agregan las fuentes sobre el terreno.
Las protestas se han intensificado desde que Trump
creyó que tenía permiso para violar el derecho internacional y reconocer la
ocupación israelí del Golán sirio, un hecho que ha creado un amplio
resentimiento entre la población de toda Siria. En este contexto, el triple
ataque parece haber alterado algunos planes de los estadounidenses que, en el
proceso, han decidido retirarse de Raqqa. Según Al Masdar News, el convoy
militar estadounidense, compuesto por 30 vehículos, se retiró de la provincia
de Raqqa y cruzó luego las fronteras para entrar en el territorio iraquí y
dirigirse hacia una base militar.
Fuentes sirias informaron “de un convoy nocturno” del
ejército estadounidense que viajaba desde la ciudad de Tabaqah, en el sur la
provincia de Raqqa, donde se había quemado la bandera norteamericana en
diversas manifestaciones. El convoy salió de Tabaqah para dirigirse a la
capital provincial, Raqqa, mientras que las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF)
cortaron la electricidad a las ciudades y aldeas situadas al oeste de la ciudad
para evitar que la población enojada atacara a los estadounidenses. Fuentes
militares sirias informaron también en febrero que se había producido una
explosión masiva en el cuartel general de la Inteligencia Militar francesas en
Raqqa. Una bomba colocada en una motocicleta explotó dentro de la sede la
célula de inteligencia y espionaje de las fuerzas francesas situada en la fábrica
de azúcar, en el norte de Raqqa. Anteriormente, el 21 de enero, varios
militares estadounidenses murieron o resultaron heridos en otro ataque con
coche bomba contra un convoy cerca de un puesto de control de las FDS en la
provincia de Hassake. El convoy militar estadounidense iba escoltado por
miembros de la milicia kurda, que también perdieron a varios de los suyos en
este ataque. (Source/Photo:
Various Media)
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