La operación, según el gobierno de Kiev, dañó los
cimientos de la importante construcción y el Servicio de Seguridad de Ucrania
(SBU) reivindicó el ataque con explosivos submarinos, al hacer detonar 1100
kilogramos de explosivos colocados bajo el puente, en una nueva operación
especial. Se trata del tercer ataque ucraniano desde el comienzo de la
guerra contra este puente construido por el presidente ruso, Vladimir
Putin, después de la anexión por parte de Rusia de la península ucraniana de
Crimea en el año 2014.
A estos acontecimientos junto a la “Operación Telaraña”
con el ataque a aeródromos militares rusos los últimos días. Se suman a los hechos,
que el Kremlin ha revelado sus exigencias para una tregua. En el memorando que
ha entregado a su rival, plantea dos opciones para un posible alto el fuego, en
donde la primera opción implica que las fuerzas armadas ucranias abandonen por
completo las regiones ocupadas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. La
segunda instancia sugiere retirar las tropas a una distancia pactada por ambas
partes, sin incluir las provincias mencionadas, pero Kiev “comenzaría su
desmovilización” y no recibiría más armamento de países de Occidente. Finalmente,
los acuerdos alcanzados por las partes es que Moscú solo ha concedido realizar treguas puntuales “en algunas zonas de
combate” de dos o tres días para recoger los cuerpos de los caídos.
(Source/Photo: Ukrainian Security Service - Various Media)
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