En la operación, que duró 19 minutos,
participaron 12 aviones de combate Mirage 2000 que lanzaron bombas
con un peso total de 1.000
kilogramos sobre "el campo de entrenamiento más
grande en Balakot" de Jaish-e-Mohammad, el grupo terrorista al que se
atribuyó el atentado contra un convoy policial que dejó decenas de
muertos en la región india de Cachemira el pasado 14 de febrero. Balakot
es un pueblo pakistaní, situado a unos 50 kilómetros de la
Línea de Control, la frontera 'de facto' entre los dos países. Tras
el ataque, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la
India comunicó que, según los reportes de su
Inteligencia, Jaish-e-Mohammad estaba planeando nuevos ataques en el
país, así como agregó que Pakistán no tomó medidas para eliminar la
infraestructura terrorista en su territorio. "Ante el peligro
inminente, un ataque preventivo se hizo absolutamente necesario",
explicó Nueva Delhi. La operación permitió eliminar "a una gran
cantidad de terroristas de Jaish-e-Mohammad, instructores, comandantes de
alto rango y grupos de yihadistas", según el comunicado. Anteriormente,
reportes sin confirmar apuntaron a que el ataque habría causado la muerte
de entre 200 y 300 terroristas de Jaish-e-Mohammad. Asimismo, el
ministro indio de Estado para la Agricultura, Gajendra Singh Shekhawat,
afirmó en su cuenta de Twitter que los "campamentos terroristas"
fueron "destruidos completamente”. Pakistán condenó el
ataque indio. El ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Shah
Mahmood Qureshi, convocó una reunión de emergencia con altos
funcionarios para analizar la situación tras los ataques aéreos indios.
"Las Fuerzas Armadas de Pakistán están preparadas para responder
a cualquier agresión de la India", advirtió Qureshi. Además, el
canciller acusó al Gobierno indio de causar inestabilidad en la
región y aseveró que respondería "en el momento y lugar de su
elección". (Source/Photo:
Indian MoD; Pakistán Government)
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