viernes, 23 de noviembre de 2018

Helicópteros Merlin de la Marina británica llegan a las Bahamas para entrenamiento

Los principales cazasubmarinos del Reino Unido realizaron un entrenamiento intensivo de tres semanas en el polígono de combate submarino más importante del mundo en Bahamas. Helicópteros del Escuadrón Aéreo Naval 820, encargados de proteger al portaaviones del Reino Unido de los submarinos, dejaron al HMS Queen Elizabeth para perfeccionar sus habilidades en una amplia gama en las Bahamas. La base AUTEC de la Marina de EEUU, el Centro de Evaluación y Pruebas Submarinas del Atlántico, concentra a expertos y tecnología líderes en el mundo junto a una maravilla natural. Las cordilleras de la isla de Andros, al sudoeste de Nassau, se centran en un fenómeno natural, la Lengua del Océano, un enorme cuenco de aguas profundas tallado en un arrecife de coral. Tiene 20 millas de ancho, 150 millas de largo, unos 6.000 pies de profundidad en lugares y está repleta de sensores e hidrófonos para registrar los datos sobre el desempeño de un submarino, torpedo o sonar. Los Merlins, con sede en Culdrose, utilizaron AUTEC por última vez en 2008, desde que el helicóptero se ha mejorado sustancialmente, lo que lo convierte en un cazador de submarinos mucho más potente.

Dicho esto, el equipo del Centro de Guerra Marítima de la Marina Real en HMS Collingwood desea desarrollar nuevas tácticas y métodos para garantizar que Merlín mantenga su posición como líder mundial en la guerra antisubmarina. Con el HMS Queen Elizabeth realizando pruebas rápidas de aviones en la costa este de los EEUU, los Merlins volaron desde Virginia a las Bahamas, donde se les realizó un desafiante programa de pruebas mientras la tripulación intentaba cazar objetivos submarinos no tripulados, imitando las características de submarinos reales. Merlín transporta sonoboyas (dispositivos de escucha automatizados que se lanzan a través del camino previsto que podría tomar un submarino), así como un sonar de inmersión, se introducen en el océano cuando esos sonoboyos detectan un posible contacto. Usando pantallas táctiles a todo color en la parte trasera del helicóptero, el observador y el tripulante de vuelo monitorean los datos recopilados, rastrean los objetivos y, si es necesario, los atacan lanzando torpedos Sting Ray. (Source/Photo: Royal Navy)

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